Un estudio señala los lípidos en sangre como potenciales biomarcadores de COVID persistente

18 marzo 2024

Aunque la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ya ha pasado, su eco persiste y todavía quedan muchas incógnitas que la ciencia intenta despejar. Hoy se sabe que para muchos pacientes de COVID-19, el fin de la etapa aguda de la infección es solo el comienzo de otra experiencia difícil: la post-COVID. Durante el llamado COVID persistente o COVID largo, estas personas desarrollan una amalgama de síntomas prolongados que pueden incluir dificultad para respirar, fatiga, tos o pérdida del olfato, entre otros. Ahora, un nuevo estudio liderado por el investigador del IDIS Emilio Rodríguez, junto con personal investigador del Centro de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares (CiQUS) de la USC, arroja luz sobre los cambios en los lípidos sanguíneos de pacientes con COVID persistente. La investigación supone un avance en el conocimiento de estas secuelas y abre la puerta a mejorar su tratamiento.Los expertos analizaron el plasma de 147 pacientes con COVID persistente. Utilizando técnicas de lipidómica, estudiaron un espectro de casi 400 lípidos polares diferentes. A partir de ahí, recurrieron a técnicas avanzadas de minería de datos y aprendizaje automático para desarrollar modelos de clasificación precisos que distingan entre pacientes sintomáticos y asintomáticos con COVID persistente. El análisis reveló alteraciones específicas relacionadas con la inflamación y la respuesta inmune en curso, lo que ofrece nuevos conocimientos sobre la naturaleza persistente de la COVID. Además, algunos de estos lípidos han sido identificados como potenciales biomarcadores, que permitirían diagnósticos más precisos y el desarrollo de tratamientos específicos para esta enfermedad.

Hasta ahora, los estudios apuntaban a una disfunción inmune, otros apuntaban a una inflamación persistente, pero el mecanismo subyacente de la COVID persistente aún no estaba claro. Una abrumadora mayoría de las investigaciones se han centrado en la etapa aguda de esta condición, por lo que es necesaria información sobre ciertas alteraciones que tienen lugar en las últimas etapas de la enfermedad, según el equipo investigador.

Técnicas computacionales

El hallazgo, publicado recientemente en el Journal of Infection and Public Health, fue posible gracias a la colaboración entre personal médico e investigadores de diferentes orígenes. El proyecto reunió a expertos del IDIS, CiQUS, la Facultad de Física de la USC, el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, la Universidad de Córdoba y la Universidad del País Vasco. La lucha contra las infecciones víricas, como la provocada por el SARS-CoV-2, mediante el descubrimiento de nuevas estrategias de diagnóstico es una de las prioridades científicas del CiQUS. El equipo del Dr. García Fandiño se especializa en aplicar técnicas computacionales para explorar la estructura y función de las membranas lipídicas, como diana de interacción con biomoléculas.

«Esta investigación complementa hallazgos recientes en el campo de la proteómica, donde la persistencia de la COVID se ha relacionado con alteraciones a nivel proteico», afirma el investigador principal. Ambos enfoques, proteómico y lipidómico, son fundamentales para una comprensión integral de la enfermedad, destacando la importancia de una visión multifacética en la investigación médica. García Fandiño destaca que el presente trabajo «no sólo añade una pieza crucial al rompecabezas de la persistente COVID sino que también enfatiza la necesidad de explorar diversos caminos científicos para desentrañar los mecanismos detrás de las secuelas virales. Con estos avances, estamos un paso más cerca de desarrollando terapias más efectivas y personalizadas, mejorando así la calidad de vida de quienes enfrentan los efectos prolongados de COVID-19».

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