La dieta atlántica reduciría significativamente el riesgo de sufrir síndrome metabólico

4 March 2024

Santiago de Compostela, 4 de marzo de 2024.- La dieta atlántica, presente en la mayoría de hogares gallegos y del norte de Portugal, reduciría significativamente la incidencia del síndrome metabólico y, con ello, el riesgo de sufrir enfermedades como la diabetes o la cardiopatía coronaria. Es la principal conclusión de un nuevo estudio que acaba de ser publicado en la revista científica JAMA Network y que está teniendo una gran repercusión en todo el mundo, especialmente en EE. UU. donde el Washington Post se ha interesado por este trabajo y ha entrevistado a la investigadora principal, la doctora Mar Calvo Malvar, del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela.

Junto con ella, forman parte del equipo los doctores Francisco Gude Sampedro, Alfonso Javier Benítez Estévez, María Rosaura Leis Trabazo y Juan José Sánchez Castro, del Área de Gestión Integrada de Santiago de Compostela, así como los profesionales del Centro de Atención Primaria de A Estrada, que colaboraron en el estudio aportando las 250 familias participantes.

Las familias se dividieron en dos grupos: uno continuó con sus menús habituales (grupo control) y en el otro se llevó a cabo una intervención para modificar hábitos nutricionales (grupo intervención). Las familias de este grupo recibieron sesiones educativas sobre nutrición, participaron en una clase de cocina dirigida por un chef local y recibieron material de apoyo, además de cestas de alimentos que contenían una variedad de productos de origen local típicos de la dieta tradicional atlántica.

Durante seis meses se evaluaron diversas variables para ver los efectos de una intervención nutricional basada en la dieta atlántica tradicional desde una doble perspectiva: la salud metabólica y la planetaria. “Estudiamos cómo un cambio hacia un patrón dietético tradicional, saludable y de origen local podría afectar a las enfermedades relacionadas con la salud metabólica y si ese cambio podría alterar la producción de gases de efecto invernadero”, explica la Dra. Calvo Malvar.

Sostenibilidad ambiental

Es importante destacar que los estudios previos sobre el impacto medioambiental de las dietas se habían realizado desde una perspectiva exclusivamente teórica, no con datos de consumo de alimentos de personas en un contexto de vida real. “Nuestro trabajo es el primero que evalúa el consumo real de alimentos de las 250 familias participantes en el estudio, y lo hace mediante un ensayo clínico controlado, es decir, el diseño experimental que proporciona el mayor grado de evidencia científica en humanos. Esto no se había hecho hasta la fecha, de ahí la importante implicación de los resultados de nuestro trabajo”, explica la investigadora.

En el cálculo de la huella de carbono de los alimentos consumidos por las familias colaboró el CRETUS Centre, de la Universidad de Santiago de Compostela, que cuenta con una amplia trayectoria en la investigación del impacto medioambiental del sector agroalimentario. Fue el personal de este centro quien analizó  la huella de carbono de los todos alimentos consumidos por los participantes en el estudio. Pese a la reducción detectada, la muestra no permite alcanzar “significación estadística”, pero abre nuevas vías de investigación.

Un síndrome que afecta al 25% de la población adulta

En la salud metabólica, en cambio, sí se ha constatado un riesgo “significativamente menor” de desarrollar síndrome metabólico, y menos componentes del síndrome metabólico, en el grupo de intervención con respecto al de control.

El síndrome metabólico es un grupo de afecciones que, en conjunto, aumentan el riesgo de sufrir cardiopatía coronaria, diabetes, accidente cerebrovascular y otros problemas de salud graves. Actualmente afecta a una cuarta parte de la población adulta en el mundo, lo cual supone un grave problema de salud, pero también social.

De ahí la relevancia de este estudio, que ha demostrado el efecto positivo de la dieta atlántica sobre la incidencia de nuevos casos de síndrome metabólico. “Identificamos que la alineación con un patrón dietético saludable regional, la dieta atlántica, se asocia con menores factores de riesgo estrechamente asociados a la salud metabólica, como la obesidad central o los niveles de colesterol”, explica la Dra. Mar Calvo.

Qué es la dieta atlántica

Las dietas tradicionales se basan en ingredientes frescos, de temporada, adaptados a los gustos y estilos de vida regionales. En el caso de la dieta atlántica es importante su preparación, mediante métodos como cocinar al vapor y hervir, en lugar de freír. El pescado y el marisco son alimentos básicos que se consumen con frecuencia y los productos lácteos ocupan un lugar destacado, al igual que el aceite de oliva, la principal fuente de grasa. También destaca el consumo diario de frutas y hortalizas, en particular de Brassica (grelo, nabo, nabiza, repollo, etc.), rica en glucosinolatos y con reconocidos beneficios en la prevención de diversas enfermedades.

“Desde una perspectiva de salud, nuestros hallazgos subrayan el papel crucial de la dieta como uno de los factores de riesgo modificables más importantes para las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas”, señala el equipo investigador. “Los cambios en la dieta representan una estrategia clave para prevenir millones de muertes en todo el mundo cada año”, asegura Mar Calvo.

Sin embargo, alterar los hábitos alimentarios plantea un desafío considerable debido a la compleja interacción de factores sociales e individuales, incluidas las influencias culturales, la asequibilidad de los alimentos, las conexiones sociales y el entorno comunitario. “Suponer que las personas reemplazarán fácilmente los componentes dietéticos no saludables basándose en la nueva evidencia científica es demasiado optimista”, explica la investigadora del IDIS.

Involucrar a toda la sociedad en el cambio de hábitos

De ahí la necesidad de una actuación comunitaria que aborde los principales determinantes individuales y sociales que afectan a la salud alimentaria. “Proponemos un cambio de paradigma para prevenir la obesidad y enfermedades relacionadas, con un enfoque de ambiente total, que involucre y active comunidades y barrios enteros”, explica la Dra. Calvo.

Fue necesario implicar a la administración sanitaria, instituciones políticas, varios grupos de investigación del CSIC, industria de la alimentación, empresas locales, medios de comunicación, etc. “Y, por supuesto, a las familias, sin las que este estudio no habría sido posible. Lo hicimos respetando la herencia cultural y gastronómica de Galicia, la dieta atlántica”, concluye la Dra. Calvo.

Información adicional

A la fecha de hoy, el artículo, publicado el 7 de febrero de 2024, ha tenido más de un centenar de impactos en la prensa extranjera, incluyendo el Washington Post, Forbes, National Geographic, ABC News, así como en los principales canales web de los Estados Unidos, como CNN, MSN, Yahoo etc. Según Almetric (un indicador de la cantidad de atención que recibe un artículo en medios de comunicación), se encuentra en el 5% superior de todos los resultados de investigación clasificados.

Más información sobre el IDIS

El Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS) nace en 2008 fruto de la colaboración entre el Área Sanitaria de Santiago de Compostela y Barbanza (SERGAS) y la Universidad de Santiago de Compostela. Como eje de la investigación sanitaria gallega, está acreditado por el Instituto de Salud Carlos III ya desde el 2010. Su objetivo es identificar y desenvolver nuevas soluciones que den respuesta a los problemas de salud de la sociedad. Con un equipo de 1.213 profesionales, 106 grupos de investigación, 43,5 M€ de fondos captados en el último año, el IDIS contribuye con su labor a incrementar el conocimiento de la salud y a la consolidación de la innovación en el sector sanitario.

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